Construido hace casi dos siglos a lo largo de la costa, el ferrocarril R1 trasporta más de 40 millones de pasajeros cada año. Ciertas secciones se encuentran a solamente 5-10 metros de la costa y en algunos sitios, el nivel de la línea esta al mismo nivel que la playa. El litoral del Maresme hace frente a un problema de erosión importante: costa en regresión, temporales frecuentes y cambio climático. La costa va perdiendo cada vez más terreno. Según el geólogo M. Vilaplana, el ferrocarril R1 “tiene los días contados”, lo que afectará mucho la vida local. Esta situación resulta de una falta de consideración/conocimiento de los movimientos del litoral y de una falta de anticipación. Una solución durable seria reubicar y regenerar la costa. ¿Quizás se necesite volver a pensar la organización de los modos de transportes y más globalmente del funcionamiento de la sociedad?

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