El ser humano necesita energía para calentarse, desplazarse, cocinar, tener luz, producir, comunicar,… Las energías fósiles (petróleo, gas, carbón) empleadas para ello están agotándose y su empleo a destajo desde hace, al menos, dos siglos ha producido un efecto planetario que ha roto los equilibrios: el cambio climático.

Se trata de encontrar otras soluciones más duraderas y menos nocivas para el entorno que nos proporcionen la energía necesaria para nuestras actividades.

Para ello, debemos lograr el compromiso de las sociedades para pasar de un consumo de energías principalmente no renovables hacia otro no destructivo y perdurable. Este paso de un modo de producción a otro debe estar apoyado también, y antes de nada, por un consumo razonado. Esta transformación de la relación hombre-energía es lo que se denomina transición energética.

Partiendo de esta condición, una de las soluciones se basa en la producción de energía no consumidora de recursos limitados. Las energías renovables representan a esta familia de energía y, entre ellas, se cuentan las energías procedentes del mar.

El Océano, debido a los numerosos fenómenos naturales que interactúan en él, es una fuente inagotable de energía que puede explotarse: corrientes, olas, vientos y mareas, pero también los gradientes de temperatura y salinidad. Las energías marinas renovables (EMR) están experimentando en la actualidad un fuerte desarrollo y colman las esperanzas que se han depositado en ellas. En rigor, hay cinco EMR, es decir, que su fuente de producción de energía es la dinámica de los océanos, o dicho de otra manera, el movimiento natural de las masas de agua oceánicas:

Energía hidráulica: energía del movimiento (cinética) de las corrientes marinas y fluviales


Energía undimotriz: energía mecánica desarrollada por las olas y su energía potencial


Energía maremotriz: energía del movimiento el agua debido a las mareas


Energía térmica: energía creada por la diferencia de temperatura entre las masas de agua profundas y superficiales


Energía osmótica: energía basada en la diferencia de salinidad entre el agua dulce y el agua de mar



Existen otras energías que pueden explotarse en el mar sin proceder del agua:

Eólica «offshore» o marina que utiliza las corrientes de aire presentes sobre el mar para crear energía.


La energía eólica marina se cuenta con frecuencia como energía marina renovable. Cabe distinguir:

   o Eólica marina «instalada» con generadores fijados al fondo oceánico,

   o Eólica marina «flotante» con generadores fijados a una plataforma flotante sobre la superficie del océano.


Es necesario aclarar que la energía procedente de la biomasa, como el empleo de algas para la producción de biocombustibles, no se consideran energías marinas renovables.

Existen dificultades técnicas que han frenado el desarrollo de las energías marinas renovables, de manera especial la necesidad de transportar la energía producida hasta la red de distribución y su almacenamiento.

Transporte de la energía

Su ubicación en el mar trae como consecuencia distancias de transporte importantes durante el que parte de la energía se pierde. Las instalaciones cercanas al litoral tienen, pues, ventaja frente a las infraestructuras más lejanas que se encuentran lejos del lugar donde se utilizará la energía.

Almacenamiento de la energía

Existen métodos de funcionamiento «intermitente». Se considerará entonces que se trata de energía variable, discontinua y no programable. Estas energías tienen como efecto una producción que depende de factores exteriores (olas, vientos, corrientes y mareas) que no permiten una producción controlable, es decir, «a voluntad» o incluso permanente. La energía no se producirá en función de las necesidades de energía, sino en función de estos factores exteriores. Puede ocurrir que se produzcan superávits de energía. En este caso, deberá almacenarse. Sin embargo, es difícil almacenar energía sin que se pierda. No obstante, las tecnologías actuales progresan con rapidez y, si durante largos períodos la cuestión del almacenamiento en baterías ha captado toda nuestra atención, existen otras soluciones.

De esta manera, una técnica está dando resultados: la estación de transferencia de energía por bombeo. Para este método se requieren dos cuencas de almacenamiento de agua. Cuando existe un excedente de energía, el agua se bombea a una cuenca superior. Cuando la demanda de energía aumente, o cuando se produzca menos energía, el agua de la cuenca superior se enviará a la inferior y creará energía al accionar las turbinas. De esta manera, se mantendrá el equilibrio entre producción y consumo en la red eléctrica. De esta manera, no habrá que gestionar un problema, sino un contexto.



Funcionamiento de una estación de transferencia de energía por bombeo

Cada tipo de energía marina renovable presenta ventajas e inconvenientes. Es necesario tener en cuenta todas las variables para decidir su instalación con el fin de escoger la solución más adaptada al lugar, el potencial de producción y las necesidades de energía.

Cuadro comparativo de las diferentes energías marinas renovables: