El Océano no es
una gran extensión de agua inmóvil. Al contrario, el agua se desplaza de manera
permanente gracias a las corrientes marinas. Las corrientes son desplazamientos
de agua de mar que se asemejan a inmensos ríos y afluentes en el interior del Océano.
Este desplazamiento considerable de masas de agua reparte la energía solar en
la superficie del planeta y condiciona las temperaturas entre el ecuador y los
polos. Las corrientes marinas, a imagen de la célebre Corriente del Golfo, se
convierten en influyentes reguladoras del clima planetario.
Fig. 1 Corrientes
marinas, Créditos de la foto: NASA/Goddard Space Flight Center.
Las corrientes superficiales
corresponden a los desplazamientos de agua de mar provocados por la circulación
atmosférica (vientos) sobre la superficie del Océano. Según su posición sobre
el globo terrestre, estas corrientes son cálidas o frías. Al desplazarse,
reparten mejor el calor y regulan los climas locales. De manera muy
perceptible, estas corrientes marinas superficiales siguen la misma trayectoria
que los vientos dominantes. Solo los continentes evitan que ambas trayectorias
se unan completamente. Debido a que estos bloquean su paso, las corrientes
adquieren forma de remolinos, denominados giros.
Otro factor que determina la dirección de las corrientes superficiales es la fuerza de rotación de la Tierra que genera el efecto Coriolis. La Tierra gira sobre su eje del este al oeste. De esta manera, en el hemisferio norte, las corrientes se desvían hacia la derecha y en el hemisferio sur, hacia la izquierda.
Acercamiento a la Corriente del Golfo
La Corriente del Golfo es una
corriente superficial del Atlántico Norte que aporta parte del calor acumulado
en el ecuador, transportando las aguas del Caribe hacia Europa. Canadá no
disfruta de las aguas cálidas de la Corriente del Golfo, lo que genera las
diferencias de temperatura y clima entre Europa y América del Norte.
Mapa de las corrientes
superficiales.
Las corrientes profundas no reciben la influencia de los vientos, al contrario que las corrientes superficiales. Las diferencias de salinidad y temperatura crean las corrientes profundas, también denominadas corrientes de densidad. Siguiendo el mismo principio de inmiscibilidad del agua y el aceite, un agua más densa fluirá en la profundidad por debajo del agua menos densa, sin mezclarse. El frío y la sal aumentan la densidad del agua hasta llevarla a las profundidades. Este mecanismo genera la creación de este tipo de corrientes, que fluyen por la cuenca oceánica por debajo de las aguas superficiales, más densas, más cálidas y menos saladas.
«Las diferencias de salinidad y temperatura crean las corrientes profundas, también denominadas corrientes de densidad. »
Fig. 3 Mecanismo de
las corrientes de densidad
Las corrientes
superficiales y profundas forman en su conjunto un circuito en bucle permanente
a escala mundial: es la circulación termohalina. Esquematizamos aquí este
fenómeno en forma de «alfombra transportadora» que recorre todo el planeta. Las
aguas profundas (en azul) nacen fundamentalmente del Atlántico Norte y fluyen
en dirección del Atlántico Sur. Estas aguas profundas vuelven a subir de manera
progresiva y a continuación se expanden en el Atlántico Sur, el Pacífico y el
Índico. El retorno de esta gran circulación hasta el Atlántico Norte se efectúa
a través de las corrientes cálidas (en rojo) cercanas a la superficie, cuya
circulación está relacionada con la circulación de la atmósfera (los vientos).
Se estima que una gota de agua tarda un milenio en completar el circuito.
Existen dos tipos principales de corrientes: las corrientes de superficie y las corrientes marinas profundas.
Las corrientes de superficie corresponden a la capacidad del océano de absorber más carbono del que libera. Por esa razón son esenciales en el equilibrio del balance ecológico. Hoy en día, el aumento de la liberación de CO2 (dióxido de carbono) por las actividades humanas pone en peligro este equilibrio debido al movimiento del agua de mar causado por la circulación atmosférica (vientos) en la superficie del océano. Se extiende a una profundidad de 800m.
Las corrientes profundas no son influenciadas por los vientos, a diferencia de las corrientes de superficie. También conocidas como corrientes de densidad, son creadas por las diferencias de salinidad y temperatura. Se encuentran a profundidades de más de 800m y, a diferencia de las corrientes de superficie, no son la fuerza motriz de la circulación oceánica profunda.
La Corriente del Golfo es una corriente superficial en el Atlántico Norte que trae parte del calor acumulado en el ecuador al transportar agua del Caribe a Europa. Se forma en el Golfo de México. El Canadá no se beneficia de las aguas cálidas que trae la Corriente del Golfo, lo que explica las diferencias de temperatura y clima entre Europa y América del Norte.
El Niño es una gran corriente marina resultante de un desastre climático. Es el resultado de una perturbación atmosférica. El tamaño de esta corriente es comparable al de los Estados Unidos y se produce puntualmente, a intervalos de varios años. Se caracteriza por un aumento anormal de la temperatura del océano. Aparece una o dos veces por década a lo largo de la costa de Perú.